jueves, 31 de enero de 2013

Modelos de diseño, desarrollo y evaluación del curriculum


En la entrada anterior estuvimos analizando los diferentes paradigmas pedagógicos que se han dado a lo largo de la historia. Pues bien, como consecuencia de los mismos, se han originado distintos modelos curriculares de enseñanza-aprendizaje. Cada uno de ellos posee unas características propias que los diferencian del resto. A continuación, vamos a detenernos en cada modelo de e-a para intentar conocerlos a fondo, pues cada uno de ellos es importante a la hora de desempeñar nuestra labor como profesionales de la educación y del trabajo social. Engloban los tres tipos de educación: formal, no formal e informal. Dichos modelos educativos se diferencian entre sí por los elementos del curriculum y es necesario que los conozcamos a fondo, ya que sin teoría no podremos ejercer la práctica de forma adecuada en un futuro.

Vamos a empezar hablando del modelo ACADEMICISTA. En este modelo, lo fundamental es el contenido, es la base del curriculum. Los grupos destinatarios de este modelo son colectivos homogéneos que tienen las mismas expectativas (por ejemplo, el colectivo formado por alumnos de primer año de una carrera que persiguen aprobar una asignatura). El formador, es decir, el docente, tiene que ser alguien que domine la materia que se va a tratar y el arte de hablar en público, ya que su metodología es enseñar los conocimientos a través de clases magistrales ayudándose de apoyo tecnológico (por ejemplo, power point). Por ello, la comunicación en este modelo es UNIDIRECCIONAL, pues el formador es el único que transmite información. El objetivo principal de este modelo es transmitir los contenidos, es decir, aquí lo importante es el SABER (no es necesario llevar a cabo la práctica). La evaluación se realiza a través de un examen en el que los discentes tienen que demostrar un alto nivel de memorización de los contenidos, da igual que aprendan o no. Los recursos utilizados en este modelo serían el propio formador con su oratoria y la tecnología de la que se ayude para sus clases magistrales. Este modelo estaría dentro del paradigma POSITIVISTA, pues no tiene en cuenta al individuo, sino la necesidad del grupo homogéneo.

El modelo academicista es utilizado en muchos ámbitos educativos. En la mayoría de clases que se imparten en los institutos o universidades (educación formal) se utiliza este modelo. Desde mi punto de vista, este proceso de enseñanza-aprendizaje no es adecuado por los siguientes motivos: en primer lugar, creo que utilizando el modelo academicista los discentes no aprenden nada, simplemente estudian las cosas de memoria y cómo les pide el formador para después "vomitar" en el examen los contenidos y olvidarlos al cabo de poco tiempo; y, en segundo lugar, no tiene en cuenta las habilidades y las capacidades de las personas; no importa cómo sea cada uno, todos tienen que superar la evaluación de la misma manera.



En segundo lugar vamos a hablar sobre el modelo CONDUCTISTA, que pertenece al paradigma
cualitativo. En él, el eje es el desarrollo de los objetivos y, para ello, se basa en conseguir que los discentes desarrollen y modifiquen conductas al final de la intervención educativa. Se lleva a cabo a través de una metodología activa, en la que el docente busca que los discentes desarrollen una conducta estereotipada y un resultado homogéneo. El principio es "SABER HACER". El grupo de destinatarios en este modelo es el colectivo formado por personas con necesidades y expectativas homogéneas, es decir, buscan llegar a la misma meta. Como ya hemos dicho, los objetivos son el eje fundamental del diseño, pues el modelo conductista será eficaz siempre que se consigan dichos objetivos. Los contenidos pasan a ser simplemente instrumentos útiles para conseguir los objetivos, y éstos, se formulan en términos de capacidades. La metodología del modelo conductista consiste en emplear refuerzos positivos o negativos para llegar a desarrollar una conducta en el discente, esto es, para conseguir la respuesta adecuada, por lo que el aprendizaje es programado. Para fomentar la conducta que se quiere conseguir en un individuo, una vez que éste la haga, se le dará un refuerzo positivo, como premio. En el caso contrario, aquellas conductas que quieran eliminarse, cuando los discentes las realicen, el docente le dará un refuerzo negativo, es decir, un castigo. Por otro lado, los recursos que usa el modelo conductista suelen ser tecnológicos. La evaluación consistirá en el control de la reproducción de la conducta que se había fijado conseguir en los objetivos. Los docentes deben ser especialistas en didáctica de motivación y refuerzo del aprendizaje individual, pues son el modelo de referencia para los discentes.

Este modelo podemos verlo en cualquier sitio, sobre todo, en las interacciones de la vida cotidiana y rutinaria. Un claro ejemplo es la relación madre-niño o alumno-profesor. Si la madre consigue que el niño se coma las verduras (cambio de conducta), el niño recibirá una natilla de chocolate como premio al terminar de comer (refuerzo positivo). En cambio, si en el colegio el niño se porta mal (conducta contraria a la que se quiere conseguir) se quedará castigado sin salir al recreo a jugar con otros niños (refuerzo negativo).
El modelo conductista tampoco me convence a la hora de aplicar un proceso de e-a adecuado, pues no tiene en cuenta las capacidades de las personas. Se desarrolla en función de los objetivos, que son iguales para todos. Sin embargo, he de decir que resulta un modelo efectivo, ya que a través de los refuerzos positivos y los negativos se consiguen transformaciones de diversas conductas de una manera sorprendente.


A continuación, vamos a hablar del modelo HUMANISTA. Este modelo pertenece al paradigma cualitativo y la base de su curriculum es la comunicación entre el educador y el educando. El discente es animador sociorelacional a través de una actitud dinámica. Se motiva el aprendizaje con refuerzos de carácter afectivo por parte del docente (reconocimiento de los progresos de los discentes...). Este modelo consiste en generar situaciones de aprendizaje heterógeneas y distintas entre sí, en función de las capacidades de cada individuo. El eje de este modelo son los grupos destinatarios, es decir, el conjunto de individuos que necesitan un tratamiendo personal para su desarrollo individual. Estas personas se diferencian entre sí, y por ello, cada una presenta características específicas y sus propias motivaciones y expectativas. El objetivo de este modelo es conseguir que cada discente desarrolle sus cualidades y características personales, esto es, valores y actitudes. Para ello, el educador tendrá que definir estrategias diferentes para cada educando dentro del programa. Los contenidos del modelo humanista son los instrumentos efectivos para desarrollar dichos valores y actitudes, aunque presentan bastante carácter informativo. La metodología de este modelo se centra en estrategias de carácter metodólogico a través de las dinámicas de grupo, y, estrategias con un elevado grado de relaciones afectivas con los participantes, mejorando así sus autoestimas y autoconceptos. Los recursos que utiliza el modelo humanista están al servicio del desarrollo de programas establecidos para cada individuo de manera específica. Suelen ser sencillos y estar preparados por los educandos. El principio de este modelo sería "SABER SER". La evaluación se realizará a través de la participación y el trabajo en grupo, por medio de tares que demuestren el desarrollo y el esfuerzo de los discentes, para después observar si se han cumplido los objetivos. El modelo humanista se centra más en la responsabilidad y la auto-evaluación de los discentes que en el control por parte del docente. Éste, es un animador personal y dinamizador del aprendizaje que orienta y ofrece medios y recursos para su desarrollo y consecución. Además, posee una gran capacidad comunicativa, estudia diversas estrategias y conoce sus consecuencias afectivas.

El modelo HUMANISTA me ha gustado bastante. Suele ser más útil en los primeros niveles de enseñanza y en los últimos (niños y ancianos). Su metodología, contenidos y objetivos me parecen acertados. Tiene en cuenta las capacidades individuales, y le  da a cada persona su tiempo para desarrollar los objetivos. Es obvio que cada persona es diferente, por lo que este modelo, entre los tres que hemos visto por ahora, me parece el más adecuado para el desarrollo de valores de una persona específica.

El cuarto modelo del que hablaremos es de la concepción COGNITIVISTA. Pertenece al paradigma mixto y el eje de su curriculum es el desarrollo de procesos mentales y toma de decisiones de los discentes, es decir, tienen que conseguir generar procesos de pensamientos; ésto es, "SABER TRANSFERIR". Es importante que sepamos pasar del "SABER HACER" al "SABER TRANSFERIR", es decir, poner nuestros conocimientos en práctica en cualquier contexto. El discente ayuda a procesar la información y a resolver problemas concretos. Es fundamental que el alumno sepa procesar la información e importa más la aptitud que la actitud. El desarrollo psicológico de los discentes también cobra mucha importancia. Los discentes forman un grupo homogéneo, pues de ser al contrario, sería bastante complicado aplicar este modelo debido a la diversificación. Los objetivos del modelo cognitivista son el desarrollo de los procesos mentales de los discentes y los contenidos, los instrumentos útiles para el desarrollo de dichos procesos (significación, mapas conceptuales...). Es importante estructurar para analizar el problema y llegar a la solución del mismo. En este modelo los discentes llegan de la misma forma; importan los medios y el fin, pero el fin lo decide él mismo. Este modelo lo podemos asociar a "subir por una escalera, peldaño a peldaño". En la metodología, el estudio de caso es la técnica habitual y lo importante es que los discentes dominen sus contenidos así como las relaciones entre ellos por medio de mapas conceptuales. Los recursos en este modelo son las competencias del formador acompañadas de recursos tecnológicos y la evaluación se basa en la aplicación de estrategias de solución a problemas, es decir, es necesario que los alumnos sepan transferir sus conocimientos y que aprendan a pensar. El docente es un especialista en el tema que conoce las teorías del aprendizaje y su transferencia a entornos diferentes. Lo que me gusta del modelo cognitivista es que le da bastante importancia al hecho de que los discentes aprendan a "SABER TRANSFERIR", es decir, que sepan aplicar sus conocimientos para solucionar problemas en cualquier contexto. Me parece que es algo bastante importante.

Finalmente, la última concepción es el modelo "SOCIOCRÍTICO". También pertenece al paradigma mixto (cuantitativo y cualitativo) y pretende enseñarnos a transformar: ser capaces de generar un modelo nuevo y diferente que nos haga a todos más felices, es decir, transformar la sociedad actual para alcanzar el bienestar social y generalizado. El curriculum del modelo sociocrítico se basa en las necesidades específicas del contexto y las demandas socioculturales. El eje del modelo son las necesidades y las demandas sociales de los participantes. El docente conciencia a los discentes en cuanto a cambiar la comunidad y el entorno educativo para mejorarlo. La educación lucha contra la desigualdad y busca la transformación social. El grupo destinatario es el eje del currículo y se pretende su concienciación en la lucha contra la marginación y el cambio social, por lo que la intervención educativa es un elemento clave. Los objetivos presentan una gran carga ideológica, capacidades de concienciación, análisis crítico, etc. En el modelo sociocrítico no se separa el pensamiento ideológico del profesional a la hora de dar clase, es decir, "el fin justifica los medios". Los contenidos son instrumentos útiles para la transformación social, siempre al servicio de los objetivos. Para este modelo, no sería importante aprender Didáctica, sino aprender lo que se deja ver "debajo" de ella. El principio que se da en este modelo es "SABER SER". La metodología sociocrítica es grupal y configura un tejido sociorelacioal con la alta implicación y capacidad en la toma de decisiones curriculares. No se usan grandes tecnologías, pero sí análisis, documentaciones, casos o documentales. La evaluación se desarrollará mediante la búsqueda grupal de alternativas de intervención y el discente o formador será un animador socio-político con la capacidad para detectar necesidades y transferir al entorno. Tiene que responder de manera eficaz al colectivo social sobre el que interviene.

Una vez explicados los cinco modelos, Almudena, nuestra profesora de Didáctica, nos pidió que pensáramos en qué modelo nos parecía más eficaz o agradable y que reflexionáramos el por qué de ello. El modelo ACADEMICISTA no me parece eficaz a la hora de aprender, pues consiste en memorizar los contenidos y éstos se nos olvidarían con el tiempo. Además, no tiene en cuenta las capacidade de cada persona. El modelo CONDUCTISTA lo podemos considerar como una traducción de la película "300" al siglo XXI, y la constancia es la base de dicho modelo. Aunque se trabaje con colectivos de manera individual, tampoco tiene en cuenta las capacidades de cada persona, pues todos los discentes deben llegar al mismo fin. Por ello, este modelo tampoco me parece adecuado pero no puedo negar que sí resulta efectivo en varias ocasiones, sobre todo, las asociadas a nuestro entorno cercano y relaciones sociales (padres, amigos, castigos, premios...). Del modelo COGNITIVISTA me quedo con el "SABER TRANSFERIR", pues me parece relevante para enfrentarnos día a día a las más diversas situaciones que se nos presenten. También, el modelo SOCIOCRÍTICO me parece eficaz para crear en los discentes una concienciación y transformar la sociedad con el objetivo de mejorar la calidad de vida y el bienestar social de los individuos. Es obvio destacar que cada modelo puede ser útil según el contexto en el que se desarrolle, y que siempre es bueno no usar el mismo modelo, pues eligiremos el más adecuado en relación a los discentes y a lo que queramos conseguir. Además, se suelen mezclar elementos de los cinco modelos. Yo, personalmente, me voy a quedar con el modelo HUMANISTA. Me ha encantado al conocerlo y me parece bastante adecuado. Este modelo defiende "la igualdad de oportunidades", es decir, todos tenemos las mismas oportunidades para hacer algo. La evaluación de este modelo se realiza a través de la observación y la participación en grupo. A mí me gusta porque tiene en cuenta las capacidades de cada persona y deja que cada una vaya a su ritmo. Es una enseñanza específica y particularizada para cada individuo. El debate existente con el modelo HUMANISTA es, que si le da importancia a las otras personas y a los sentimientos, si sólo formará personas débiles, o por el contrario, puede formar personas fuertes. Puede llegar a ser compleja, pero pienso que merece la pena y yo, me decanto por él.

Dicho ésto, el modelo que utiliza Almudena como docente y formadora con nosotros, que somos los discentes, sería el modelo HUMANISTA desde mi punto de vista, pues comparte varios elementos comunes, como son la comunicación entre el educador y el educando, el aprendizaje con refuerzos afectivos, situaciones de aprendizaje diferentes, importancia del desarrollo individual de cada uno de nosotros, desarrollo de cualidades y capacidades personales, dinámicas de grupo y demostración por parte de los discentes de esfuerzo para la consecución de los objetivos. El ejemplo más claro en el desarrollo de nuestra asignatura de Didáctica es la creación y la evolución de las entradas a través del Blog. Nosotros somos los que nos autoresponsabilizamos, y trabajos a nuestro ritmo y modo. Así, se ve como las personas que mejor saben organizarse llevan todo al día. En cambio, personas como yo (que no saben organizarse y ser autoresponsables) encuentran más dificultades para llevarlo todo al día. La forma de dar clase de Almudena ha dejado claro que es diferente a la mayoría del profesorado, pues ella intenta enseñarnos a pensar, y hace que veamos las cosas desde un punto de vista diferente. Nos da ánimo para encarar cualquier situación y da importancia a cada uno de nosotros. Ésto no significa que no use otros modelos, pues, a veces, para dar clases magistrales utiliza el modelo academicista. Sin embargo, puedo ver de forma clara como Almudena siempre intenta buscar una forma innovadora de enseñarnos. Es como si no se conformara sólo con cumplir con su trabajo, sino que también se esfuerza por ir más allá de lo que ello supone y superarse día a día.

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